El gobierno 2.0 transparenta la información y
escucha a los internautas. Ximena Ossandón demostró que las redes sociales
pueden influir directamente en la política cuando habló de su “sueldo reguleque”. Por algo
la mayoría de los parlamentarios se promociona por Twitter o Facebook, además
la mayoría de las instituciones de nuestro país tienen sus baluartes digitales
para ganarse a la opinión pública en esas redes. Es más, el gobierno está
trabajando en una nueva guía para usar estas tecnologías. Ante esta realidad se
vislumbra la posibilidad de una gobernabilidad más abierta a internet.
Entrevistamos a Marcos Vázquez, encargado del área gobierno de la empresa
consultora Everis.
-¿Qué significa Gobierno 2.0?
-Lo que definimos como Gobierno 2.0 es
aprovechar las tecnologías relacionadas con la web 2.0 para complementar todos
los aspectos relacionados con gobierno electrónico. Principalmente en
ámbitos de participación ciudadano y transparencia. Estamos hablando de
herramientas tipo wikis, blogs, redes sociales, etc…
-¿El Estado debería tener sus propias redes
sociales o usar las que están?
-Lo que persigue el Gobierno 2.0 no pasa por
una tecnología concreta. Si hay redes sociales con un número alto de ciudadanos
que participan, intentar limitarlo a una red controlada por el gobierno no
tiene ningún sentido. Eso solo lograría generar rechazo. El gobierno debe
adaptarse a las redes que están. Una de las ventajas que tiene
Chile es un porcentaje muy alto de su ciudadanía conectada a
este tipo de redes sociales, y que saben usarlas.
Pero casi todos los parlamentarios y las
instituciones públicas tienen presencia en las redes sociales y muchos se
informan a través de ellas… ¿Cómo sería el paso más adelante?
Eso es el primer paso, que nosotros llamamos
“tener presencia”. Quiere decir que hay un porcentaje muy alto de políticos y
organismos con una relación cercana con la ciudadanía. Creo que Chile ha
dado un paso importante que se ha notado con el nuevo gobierno, más
abierto a estas nuevas tecnologías 2.0 que el anterior. Chile se acerca en el
diálogo con la ciudadanía y las nuevas generaciones ya lo ven como algo normal.
Antes la comunicación con los políticos pasaba por los medios de prensa, sobre
todo televisión. Ahora se quita este intermediario.
-¿Qué es lo siguiente?
-Para mí lo siguiente es evolucionar hacia
aspectos más avanzados en otros países como el “Gobierno Abierto” (Open
Government) u Open Data. Es como decir, “no sólo hay más comunicación, sino que
tomamos decisiones en función de lo que nos dicen”. Decisiones no solo en base a
votaciones, con toda la estructura que eso conlleva, sino encuestas o
votaciones electrónicas a través de estas herramientas 2.0.
-¿No existe el riesgo de que se saboteen estas
encuestas?
-Efectivamente hay riesgos. Hay estándares que
no están implementados todavía y es relativamente sencillo tener cierta
anonimidad. Puedes crear cuentas y perfiles falsos. En esta primera fase, serán herramientas
orientativas y no pueden tomarse como único instrumento para hacer política,
pero sí reflejan una opinión de la ciudadanía. Si bien hay acciones pequeñas
que generan un cierto sesgo, este va a ser menor que el de las encuestas de
calle o telefónicas. En las redes sociales hablas con millones, lo que reduce
el margen de error.
-Las redes sociales las ocupa la gente que tiene
acceso a internet. ¿Quedarían fuera las personas que no tienen esta
posibilidad?
-Hay distintas visiones. Hay parte de la
población que no tiene acceso a tecnología, cuya voz no se hace escuchar
directamente en las redes sociales. Pero es un porcentaje pequeño. Hay más de
un celular por persona en Chile y en capas relativamente bajas. Mucho del acceso a las redes
sociales se genera a través de celulares. Chile es un caso pequeño comparado
con otros países de la región, y además el número de gente que acceda a las
redes sociales va a crecer.
-Además de incentivar el debate e integrar a
este segmento de la sociedad, ¿qué nos falta para un Gobierno 2.0?
-Un tercer punto que falta es aprovechar estas
redes para ofrecer una mayor transparencia en las acciones del Estado. En
Estados Unidos se está trabajando mucho en facilitar esto a través de las redes
sociales.
-¿Qué otros países podemos tomar como
referencia?
-En el caso de Inglaterra hay una página que
se llama Fix my Street, arregla mi calle. En España se hizo un proyecto similar
que se llama… Arregla mi Calle. Los ciudadanos pueden subir cualquier tipo de
problemas, desde un hoyo en la calle hasta una farola rota o solicitar un banco
en un parque. La gente vota y en función de lo que requieren -según la densidad
de esa población- se toman las decisiones.
-Además de tener un gobierno con presencia en
las redes sociales. ¿Qué otra iniciativa chilena se valora hacia el gobierno
2.0?
-Yo destacaría también a ciertos organismos
como el consejo para la transparencia, un organismo que vela por la
transparencia de la información pública. Esta institución va por el camino
correcto aprovechando la potencia de estas herramientas para fortalecer este
pilar del gobierno que es la transparencia.
-Todo esto es sector público. ¿Qué pasa con el
sector privado en el gobierno 2.0? ¿Seguirá limitándose a publicitar productos
en las redes sociales?
-El mundo privado está en cómo aprovechar
estas plataformas para generar branding, imagen, sumar seguidores a la marca y
generar ingresos. El gobierno 2.0 no tiene esto como meta, sino ser más
transparente y tener una ciudadanía más participativa en el proceso
democrático. Hay ámbitos en los que el mundo privado debe darse cuenta de que
ayudar en este proceso significará mejorar su imagen, y en consecuencia
aumentar las ganancias.